martes, junio 16, 2009

Pruebas

Leí una vez que la vida nunca te pone pruebas que no puedas superar.

Supongo que es una afirmación discutible en según qué casos; pero, personalmente, y hasta ahora, he podido superar las pruebas que me he ido encontrando. Soy de las que piensan que todo lo que no te mata te hace más fuerte y que, además, no hay muchas cosas que puedan matarte sin tu propio consentimiento.

En cualquier caso, lo que esta noche me ha traido aquí ha sido una sensación, una especie de desasosiego que me ha hecho percatarme de algo que me parece, cuando menos, curioso.

Los últimos días he vivido alguna situación difícil, complicada. Una especialmente dura pero ha estado "acompañada" de otras algo menores. En esos momentos, respiro hondo (metafóricamente), levanto la cabeza y echo a andar hacia adelante. Ya analizaré los hechos más tarde, cuando los haya superado, cuando los haya dejado atrás. De acuerdo, hasta ahí, todo es casi normal. Hace unos momentos he tenido un pequeño disgusto con mi operadora móvil. Insisto, algo insignificante comparado con lo ocurrido estos días atrás, pero que me ha hecho sentir mal. Me he sentido acongojada, como si todo se cayera a mi alrededor... ahora me río. El fin de semana ha sido casi catastrófico y el inicio de la semana aun peor pero una chorrada mínima ha hecho que todo me abrume.

Aun así, sólo ha sido un momento. Un instante. No voy a permitir que eso me haga pensar en lo que dejo atrás. Aun no.

Por cierto, lo justo es dar las gracias a alguien que me escucha, es más, a alguien que me ha obligado a hablar cuando lo que suelo hacer es escuchar. El Principito me ha dado el último empujón que necesitaba para volver a caminar. Muchas gracias.


Etiquetas: