jueves, junio 02, 2011

Para ti.

Hoy me vais a permitir que haga algo que no he hecho antes: hablar directamente a una persona. De todas maneras tampoco importa mucho puesto que es una de las dos únicas personas que lee mi blog.

También quiero pedir disculpas por adelantado porque no sé cómo me va a salir lo que quiero decir y aunque es algo que siento (de nuevo disculpas a los que me consideran egoísta por hablar de mí pero es que éste es MI blog, no voy a hablar de lo que sienten otros porque no lo sé), odio cuando mis reflexiones suenan dramáticas o tremendistas. Nada más lejos de mi intención. Soy fundamentalmente optimista y positiva aunque con una marcada tendencia a comerme el coco (podría decir que tengo tendencia a la reflexión profunda pero quedaría demasiado pedante).

He dudado entre poner tu nombre o no, porque no sé cómo lo podrías tomar pero si te respondo aquí en vez de mediante mensaje privado en Facebook o mediante correo electrónico es porque quiero gritar, a quien me quiera oír, quién y/o qué eres para mí. He estado toda la tarde pensando en ti hasta que he podido llegar a casa y ponerme delante de mi ordenador.

Hay muchos tipos de amistad, como hay muchos tipos de personas. No todos necesitamos lo mismo. Yo no me planteo si otras personas me quieren o no, sólo me ocupo de querer a quienes quiero; que ellos me quieran o no, es asunto de ellos. Cuando alguien de verdad te quiere, te lo hace saber con palabras o con hechos. Por lo visto, ahí es donde yo he fallado.

Hace mucho tiempo que no nos vemos. Asumo mi culpa puesto que cuando el año pasado quisiste quedar conmigo en un par de ocasiones fui yo quien no quiso. Poco importa que mis motivos fueran que prácticamente no pudiera andar o que ni siquiera me apeteciera mirarme a mí misma. El hecho es que no pudimos quedar. Otro hecho es que nuestros últimos contacto han sido reproches mutuos a través de mensajes en Facebook. He llegado a pensar que me habías borrado (de Facebook y de tu vida) y me encuentro con que te sientes abandonado por mí. Pues bien, te pido públicamente disculpas.

Si en mi anterior publicación en este mismo medio te diste por aludido, lo lamento profundamente. Tú nunca fuiste mi pañuelo de lágrimas, posiblemente porque yo no lo necesitaba. Así que no hablaba de ti. De hecho no hablaba de ninguna persona en concreto sino que me limitaba a señalar que en un momento estaba rodeada de personas y al siguiente sólo quedaban dos (mis hermanos menores, para más señas). Todo eso en un momento "trascendental" en mi vida.

Pero sí que has sido y eres IMPORTANTE para mí. Todas las personas que me tratan saben de tu existencia, todos te conocen de nombre o por definición dependiendo del nivel de intimidad que pueda tener con esas personas.

Puede que ya no nos veamos a diario. Puede que no paseemos al caer el sol por la orilla del mar en verano y por la avenida en invierno. Puede que ya no compartamos sábados de "cine y cena" o "cena y cine" (dependiendo de la hora a la que quedáramos). Pero aun así sigo contando contigo, sigo pensando en ti casi todos los días (sí, casi; no todos) y sigo queriéndote como te he querido desde que superé mi "aversión" por ti (lo siento pero al principio te me hacías insoportable, y sé que lo hacías a propósito). Así que lamento no saber hacerte llegar mi cariño.

No sé cómo te tomarás esto pero está hecho con todo el amor que soy capaz de sentir.


2 Comments:

Blogger Kaótiko said...

Te quiero, maleni

11:41 p. m.  
Blogger Lhiannan said...

Y yo a ti, puñetero.

6:06 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home